Los jardines verticales están en boga y como toda moda que se precie tiene su propio gurú, el francés Patrick Blanc, cuyos diseños han tapizado paredes en los cinco continentes.
Encontramos jardines verticales en centros comerciales, hoteles, tiendas o restaurantes, y empiezan a ser habituales en revistas de decoración y publicaciones especializadas, sin embargo... ¿son una moda pasajera? ¿sobrevivirán a su propio éxito?
Más allá de sus posibilidades estéticas, la utilización de estos revestimientos vegetales tienen las siguientes ventajas:
- Son un perfecto aislante térmico en fachadas soleadas.
- Protegen de la radiación y la contaminación acústica.
- Crean un microclima, favoreciendo el ahorro de energía.
- Producen humedad y oxígeno, absorviendo particulas de CO2 y polvo.
- Mejoran la calidad de los espacios habitables.
- Contribuyen a la integración de nuestras construcciones en los espacios naturales que las rodean.
Por lo tanto, si conseguimos concienciarnos de sus múltiples posibilidades y ventajas, y los implantamos en nuestros edificios como algo natural, pasarán de ser una tendencia ornamental a un sistema constructivo eficaz, ecológico y sostenible.